Se esparció su lágrima en desiertos de pena.
Abrazó amaneceres de melancolía.
Y dibujó soles de esperanza en el eco de las penas.
Ahora se viste de nostalgias en el devenir de los siglos.
Y su mirada el sendero de sus soles ya en el ocaso.
Y se pierde entre sus recuerdos la dama de los siglos de la sabiduría.
Y en el silencio sólo una silla vacía la compañera de sus secretos.
Y en vestido de soledad la duda de sus tormentos.
Ya no hay lozanía, ni algarabía sólo recuerdos del ayer