Emigran las treguas del crepúsculo
¡Y el naufragio! ¡ay, el naufragio!
Lleva el calor de los amaneceres crudos
Y los gestos que le nacieron a la muerte
En la lejana mirada de riscos, de hondos muelles
¡Ya pusiste! ¡ay, ya pusiste! el broche al silencio
en castas desenterradas de amor y raíz de ayeres
¡y los amantes! ¡Ay, los amantes!
también se mueren con el tiempo
en la armadura de la hora.