En el Parque de María Luisa vi
bellas flores de azahar.
En la Giralda percibí
la hermosura del alminar.
En el puente de Triana oí,
roceando, el agua pasar.
Pero allí nada sentí,
quizás no lo deseara
o era un simple sinvivir,
esperando que llegara
mi Flor del Guadalquivir.