En el cénit de tus senos quiero estar
en la cima de tu altar
tu alféizar tu atalaya.
Besando tus copos en flor
mordiendo su botón
provocando llamaradas.
Aspirando su vapor
socavando tus murallas.
Encendiendo tu fogón
en el rincón
donde mueren los valientes
en ardorosa batalla.
Hay que hacerles mención.
Sin conocerlos aún
los presiento exquisitos,
¿serán ellos un hito
cuando un día arribe yo a sus copas embriagadas?