josecarlosbalague

NOCHES

 

Esas noches, mi amor, ¡ay esas noches!

que pretendemos sean eternas,

en las que la luna juega a pintar reflejos dorados en tus cabellos,

en las que anida la ternura en  nuestros pechos

y en las que evadiéndonos de nuestro destino,

con singular devoción,

nos entregamos a los sublimes placeres del sexo.

El fuego de la pasión prende en nosotros

y una y otra y otra vez, incansables,

nos poseemos el uno al otro

como mares embravecidos.

Noches de susurros, orgía, jadeos y besos,

en que siento estremecerte entre mis brazos

bajo mi cuerpo.

Esas noches en que nuestras bocas

se funden en prolongados besos,

y olvidándonos del mundo,

tu te olvidas de tus miedos,

yo me miro en el azul de tus ojos

mientras te acaricio el sexo.

Y cuando, pasadas las horas, exhaustos

de tanto y tanto goce carnal

al que sometemos nuestros cuerpos,

permanecemos echados sobre el lecho de amor

en quietud,

un silencio reparador nos invade

antes del sueño.

Pero cuando con mis manos

recorro las curvas de tu espalda

y, nuevamente, acaricio tus pechos,

cuando con fuerza te aprieto

sintiéndome tu dueño,

vuelvo a vibrar como al principio

y todo vuelve a comenzar de nuevo.

Esas noches … ¡Ay esas noches!

 

Moscú, 14 de mayo 20XX