Soledad, antesala de locura
en útero que clama sin salida
una impala va galopando en su huida
otra hora de noche fría y oscura
Lametones sobre tu vieja herida
vieja iglesia donde se murió el cura
la imagen de una nada que perdura
larga escala del viaje de la vida.
Vacía estación, trenes sin salida
el reloj es oblongo, daliníano
las horas sólo marcan el silencio.
A la muerte yo sólo me senténcio
incapaz de encontrar alguna mano
incapaz de soñar con otra vida.