Abedul,
el más grande entre muchos por mis ojos,
tus hojas lanzan suspiros de lo que voy descubriéndote,
atisbos de tus 962 amores más mi cándida apariencia,
quédate un minuto más,
desgarbado rato si queremos…
Árbol de bosque porque así lo quiero,
porque así te veo… y no me canso,
hoy dejas tu rastro entre el críptico de mis escritos,
absurdo papel,
o ¿no?
tú dime…
¡Mejor calla!
No raspes mi alabastro izquierdo,
embelesado cuando escucha lo estúpido de tu megáfono,
ese que a veces lastima,
lo ingiero…y no me marcho.
Pronuncias mitos,
leyendas súbitas y encarnadoras,
para musitar en mis quejumbres,
entre dientes porque más alto no puedo,
¡Maldita sea!...
Las que me provocas,
y absorta en tu osadía se me pasan las noches.
Férreas intenciones,
se evaporan junto a tus inhóspitos dichos,
hechos…
Los engullo… y no me espanto.
De tu fusta,
la felación tu principio,
mi fiasco,
¿Sucumbiré?
tú dime…
¡Mejor calla!
no digas nada…