Marc Tellez Gonzalez

Reconozco mi error.

 

 

He cometido en un error, mi afán absurdo y egoísta de satisfacción propia désmorona poco a poco las ilusiones que has puesto en mi.


Has sido muy clara en tu palabra; Antes te sentías amada, deseada, mimada por mis encantos, y hoy todo cambia por un solo sentimiento de sentirte ignorada.


Entiendo muy bien lo que quieres decir, te sientes sola con mi sola presencia.


He puesto todo en una balanza, donde existe un torrente de pensamientos que cruzan por mi mente.


¡Que gran error estoy cometiendo!


El amor no esta hecho de palabras, el amor se alimenta de todos esos actos que purifican el alma.


En mis pensamientos veo la razón de pie frente a mi, en un sólo pie! por lo que no puede avanzar; y entiendo que mi error es pensárte plenamente segura por siempre de mi, y se que lo seré pero para eso, yo he de mantenerme muy vigente en tus latidos.


Tu te enamoraste de mi hace tiempo, ya que sólo exhibía la mejor parte de mi con el afán de que me quisieras para poder amarme.


Te dedicaba todo mi tiempo sin medida alguna, y me sentía vacío cuando tu no estabas, y hoy, hoy que estas tan cerca de mi, prefiero ocuparme de tantas otras cosas que no tienen la importancia que yo te dedicaba a cada instante.


Y aún así sigues siendo entregada, callada y en espera de verme cada día que vivimos juntos, me das la razón cuando más equivocado estoy, para hacerme sentir bien mientras tu te tragas todos mis errores, y yo, cada ves más egoísta haciendo de tu corazón una bola de papel.


¡Que grande error!


¡Que cíego he sido!


Si lo que más amo en esta vida eres tu, es momento de ser de quien te enamoraste, estamos a unos meses de conocer el amor más grande de nuestras vidas, por quien lucharemos estando juntos de la mano.


Ya no es tiempo de seguir con mis errores, ahora es tiempo de recuperar las esperanza que nos hicieron amarnos cada día más, y más.


Por todo esto sólo quiero pedirte que nunca calles tus palabras ni pensamientos, que la razón debe de ser compartida y juzgada por los dos, hagamos del amor el custodio qué de los motivos para seguir cada día más entregados y dispuestos a compartir la dulce experiencia de vivir.


Dame tu tiempo que el mío ya es tuyo, dame tu vida que es mi vida, y de tu corazón has que perciba a cada instante lo que yo siento por ti.


Eres al gran amor de mi vida, eres quien algún día pedí ser mi novia, eres quien pedí ser mi esposa, eres cada uno de mis motivos por los que hoy me siento vivo.


De lo demás habremos de ocuparnos, y de ti sólo yo me ocuparé en el resto de mis días.


Porque te amo más que nunca.

 


Marc Téllez González