Esta noche,
embriagado de soledad e insomnio.
Me puse a analizar cada letra de tu nombre.
Lo que habita entre sus espacios.
Entre esa \"ele\" curiosa y esa \"a\" llena de misterio,
se encuentra un espacio,
de tantos kilómetros vayamos a recorrer juntos.
Tomados de la mano.
Y aquellos, que ya hemos recorrido.
Entre la \"a\" y la curva de esa hermosa \"u\",
se encuentra la luz que aparece en tu rostro,
cuando una sonrisa lo ilumina sin piedad,
con toda su luminosidad de estrella recién nacida.
Entre esa \"u\" y una \"erre\" algo enamoradiza,
se encuentra una carcasa,
que pide a gritos ser extirpada de raíz.
Y el miedo a una vulnerabilidad,
que obliga a mis brazos a darte refugio,
sin obligarlos.
Y entre lo enamoradizo de la \"ere\" y el esplendor de aquella \"a\",
se encuentran los labios más hermosos que me han besado.
Se encuentran los brazos más dulces que me han abrazado.
Se encuentran las manos más tiernas que me han acariciado.
Y la calidez más hermosa y suave que me ha protegido.
Se encuentra el amor más fuerte que he sentido.
Dos ojos color esmeralda, en los que puedo verme reflejado.
Una voz delicada, que me calma cuando mi alma se alborota.
Y una voz de alerta, que me despierta cuando me alma se calma demasiado.
Y entre todas ellas.
Encuentro besos, miradas.
Risas, gritos y llantos.
Caricias, susurros y cantos.
Momentos, instantes.
Horas, días, los años restantes.
Encuentro aquello que me devuelve la voz,
encuentro mi vida, mi alma, mi aire.
Te encuentro a vos, a mí, caminando bajo una luna,
sin nada importarnos.
Y con la tinta que me da color, cuando me miras.
Por fin encuentro este poema, amor.
Que es solo tuyo, y de nadie más.