Cada día con su esperanza, lleno de dulzura de cerezas.
La orden es dar cariño, elevar una oración a Dios, por los eternos corazones de emigrantes soñadores.
Entretenerse fabricando caldos de delicados aromos y colosales sentimientos.
Sonreír con labios ojos y orejas, hundir el cuello en los hombro y abrazar con un beso a tus seres amados.