La noche llega despacio, sin apenas enterarnos,
tus manos junto a las mías, mis ojos en ti clavados,
¡deseo!, que busca libre dentro de tu ser una morada,
que contempla en tu rostro a una mujer enamorada,
llega la noche muy fría y te acercas aún mas a mi,
así cobijándote en mis brazos te siento muy feliz,
tu piel tiembla de gozo con temple de mis caricias,
y bella tu boca me repite que sin mi boca moriría,
la noche llega radiante, con un manto de estrellas,
y un embrujo encantador de la inmensa luna llena,
entre tanto tú, yo y la noche sentímonos palpar,
y nuestro amor que es de ensueño tórnase realidad,
¡en el cielo resplandecen vivas!, estrellas de colores,
¡amor!...que estrellas transformas a miles...; ¡flores!,
flores que en el universo alzan y encuentran morada,
flores que bajo el cielo arropan, a una mujer
ENAMORADA.