El concierto de bocinas de camión
tiene la forma de un sombrero de charro
que se derrama lento
por los pinares garra.
La capa de erosión que acidifica
los roquedos de palo
corre detrás de la piel
en el espacio entre una inhalación
y el pasado.
De firme carne sarcosoma
los secarrales están vivos.
Y semen tacto abunda
detrás de la cornea.
Las encinas rizadas,
trémulas de deseo
copulan al compás
de la estepa al revés.