De amar tu mano desnuda Y el fuego labial que se precipita . De saciarme en tu reposo, Mientras muerte y vida se combaten sobre el pecho. Mi corazón es una flor de loto , A la deriva de tu laguna dulce, Que no amanece y se abre completa. No conoce la calma ni el tiempo, Solo de las esencias serenas, Del remanso líquido de tu cuerpo Mi boca es un hierro de llamas fundidas, Que evapora el aire y quema las miradas. Mi lengua es una serpiente callada, Jaleas de nombres, carnívora de besos. De tatuar corazones , En el árbol rosado de tus cueros. De ver las estrellas tumbado, Mirando solo tus ojos Y ser susurro , a la vez que trueno desmedido. Mi única causa diaria