Has dejado que escampe
y luego te has vertido todo el mar en los ojos,
demasiado pronto aún si lo que intentas
es vivir a escondidas y alejado
de tus remordimientos,
ay de ti
si piensas que morir es lo más triste que te puede ocurrir en esta vida
y por eso no temes la retórica absurda,
ay de ti cuando salte la música hecha añicos
y te estorben los brazos,
llorarás, y no habrá quien te conceda un indulto mensurable,
llorarás, y sabrás cuántos moteles adeudan tus zapatos,
cuántas horas apóstatas y caricias ambiguas
blasfeman de tu nombre.
Se han marchado las nubes, pero viene
la niebla con subtítulos,
el vómito en versión original y los gusanos jurásicos,
abrígate,
espera a que el progreso juegue todas sus cartas
y mañana tal vez
o cuando pasen los últimos reptiles que durmieran contigo
vuelve a la calle, intenta
que nadie te confunda con el cuerpo que fuiste
y olvídate del mar
y deja que te lloren desiertos en los ojos.