Del encierro de esta mi hoja
tan inquieta que la pluma
ya no la roza,
roza el silencio con labios
de armiño, tan solitarios,
dulces y húmedos, nocivos al sol...
al sol le quite su luna
y serás mía eternamente,
aunque a las noches le falte tu luz...
tu luz que me es esquiva,
que nubla mis anhelos,
cual espesa bruma radiante del amor...
del amor y de otros placeres,
de mirarte a los ojos,
llevarlos conmigo a alta mar...
perderme en tu océano inmenso,
soportar tormentas y huracanes,
tsúnamis y catástrofes en está barcarola de pasión.