Ramo Verde, bello nombre
para siniestro espacio.
Muros que aprietan
la libertad de un hombre,
como rebotan en sus muros
los ideales, las convicciones y las esperanzas,
que tortura implacable, que azote despiadado,
y escuchamos, y vemos que la vida sigue su andar.
Y Fernando pregunta, ¿Lilian, lo entregarías?
y ella abre sus ojos tímidamente
para que no afloren las lágrimas
que tropiezan por salir.
Cuanta angustia ante una pregunta dura y clara
que el periodista ejecuta en su difícil misión de informar,
cuan dolorosa la respuesta, que nadie quiere oír ni escuchar.
Si, de que valdría tenerlo a mi lado, prisionero de sus ideas, atadas sus esperanzas, rotos sus principios y quebrantado su existir.
Se rompe su voz fina y delicada aferrándose a la fuerza propia de su estirpe que recias cadenas un día rompió.
Y la noticia, como la vida, sigue rodando en esta América sufrida.
Me pregunto, si la política es un arte, no hay líderes libres que influyan en esta gruesa y dolorosa coyuntura , para que emerge la luz.
Que cruento el precio de amar la patria, abandonar lo que amamos, desprendernos de lo más nuestro por un mejor vivir.
¡Despiadado carcelero todo aquel que cree, que el poder es eterno!.
Fernando de Lira.
@jfbravolira.