Mi nube roja, el brillo carmín en lo íntimo de tus ojos.
Danzas con la tarde y besas el viento ansioso.
Me ves y suspiras un rayo de fuego sobre el horizonte,
Te ves y me tientas a jugar sobre tus siluetas granas
Levitando sobre mis hombros, logras entrar a mi cabeza
Me bañas de tu agua escarlata y me siento sublime como los pájaros
Mi cardenal que se posa sobre mi pecho, listo a la ofensiva.
Mi carpintero, mi petirrojo que alientas mis huellas
Amo tus rosas, las de tus manos, que me tocan sin miedo
Eres el canto y la nube, el sol y la tarde, el rojo de mi sangre
Y lo austero del cielo.