El viento siempre levanta
lo que a su paso encuentra,
pueden ser hojas de castaños
que las vuela a su amaño.
También una ilusión efímera
creada en una mente
que no ha de ser prudente
grabarla como presente.
Cuando creamos la vida
en un trigal contundente
la cimbra en las espigas
dejándola adoloridas.
Y recogemos vestigios
de los recuerdos ya idos
sabiéndolos que caídos
no volverán, se han perdidos.