Aquí estoy, sola y abandonada,
Hace tiempo que no sueña mi almohada,
Está ahogada de tantas lágrimas derramadas,
Sentada en un lugar tenebroso,
Entre escombros escabrosos,
Confundida, mal herida de los celos tan celosos...
Mi alma es la que delira, solloza entre tristezas,
Te buscó en los bosques, entre la maleza,
Sin pereza, con arañazos, heridas de los fracasos,
Tan fuerte... tan débil, tan sólo necesitaba tus abrazos,
La recompensa, tus besos... me hicieron fuerte en esos sueños,
Siempre estuvieron presentes, dentro y fuera de mi mente,
Lo intenté, aguanté los huracanes con empeño,
Y me perdí... hoy veo que la conexión allí fué a morir,
Destruída, desgarrada,
Arrancada, apartada de mí la mitad de mi alma encantada,
Mi gemela, la única que mantenía encendida la vela,
Que por la noche me guiaba con su estela,
Mi ángel oscuro de la noche... mi estrella...
Perpleja en esta oscuridad,
Muriendo poco a poco sintiendo la realidad,
Pura oscuridad... te echo de menos...
Por qué te escondes, por qué te alejas... por qué te vas,
Por qué me dejas sola, desterrada de tu vida,
Ya has curado esa herida... dime, si ese ángel rubio es tu querida...
Nublada de impotencia y no me sale la indiferencia,
Todo esto no sé por qué me duele, lo tomo con paciencia,
El tiempo curará tú olvido, no borrará recuerdos,
Simplemente anunciarán que se han ido,
Y en otra vida nos encontraremos bienvenidos,
Donde la distancia no sea silencio, ni olvido,
Donde juntos recordaremos malos tiempos vividos,
En un mundo donde no seremos completos desconocidos,
Es difícil hacerse a la idea de que te has ido...
Me dí cuenta tarde de todo lo que he perdido,
Me dí cuenta de que yo no quiero perderte, yo... no te olvido,
Me siento incapaz de sentir ya por nadie lo que por ti he sentido,
Gracias mi ángel por aparecer en mi vida y haber existido,
Recuerda que en tiempos pasados no te dabas por vencido...