¿Cómo vas a poblar mis fantasías,
si estás fuera de mí, y en tu isla
solamente eres tú el que habita,
rechazando mi amorosa compañía?
Mas, si lo permitieras, yo sería
como lluvia en tarde de verano,
como, del mar, la refrescante brisa,
o de tu madre, caricia y mano.
Levanta tu bandera de náufrago,
apuesta con fe a la esperanza,
mira hacia el mar... que va mi barco.
Yo arrearé mi estandarte pirata
y me ceñiré una vincha blanca...
¡tengo sed de uvas de tus pámpanos!