Los suspiros
de tu pecho exhalados,
encienden el deseo de acariciar
el lúcido misterio
irradiante de tu suave piel,
cual terciopelo de luz.
El reflejo de tus ojos parece sonreír.
Al regalarme su mirada,
caricias destilan.
Cada vez que en mi se fijan.
leve estremecimiento,
el cuerpo sacude.
Con dulzura mis retinas acarician.
Mis ansias de rodillas quedan,
a la orilla de tus delicias,
avivando la flama de mi amorosa
hoguera.
Una leve vibración,
Del alma se apodera.
Al enredarse los suspiros en los sueños,
con fascinación tú talle, rodean.
Liberando un torbellino,
de febriles pensamientos
bambam