(…) si así he de nombrarte un día,
Una noche,
O esta madrugada.
-¿Cómo?
-Solo así.
Hondura desnuda,
yacimiento de pecho,
de lo profundo,
tiritar muscular,
de alma
o de algún lugar que multipalpita cuando últimamente te evoco.
Alma blanca,
ojos azafrán,
me miran…
y rebozo en carmesí,
matizo en escarlata.
¿qué es esto?
Inexorable…
Labro tus gestos,
cruzas mi puerta,
te íncubo
y creces hacia adentro.
De tus ojos a tu boca,
de tu boca a la mía,
atraviesas lo hermético de mi piedra,
la que es de sangre y carne.
Se maceran nuestros labios…
Millares de palabras al contacto
de tu rostro si se encuentra con el mío.
¡Pacto en roce tierno húmedo!
Y un momento más para envenenarme,
un segundo más para vaticinio de que ya me siento
presa en lo inefable de tus ratos.
Amor…
Si así he de nombrarte un día,
una noche o esta madrugada.