En el día del amor, la amistad y la alegría
a Dios doy gracias por despertarme todos los días
con entusiasmo y optimista ante la vida,
llena de amor y alegría.
Por eso siempre a Dios yo pido,
limpie nuestras almas y corazones,
además le digo
sino es mucho pedir
y atrevimiento el mío,
que nos conceda motivos y razones
para vivir con alegría y llenos de agradecimiento.
Permitiéndonos ver con claridad
el ¿por qué de las cosas?
Sin nuestras quejas dolorosas
por la partida de alguien,
que de verdad, si no nos quiere,
lo mejor es que se marche,
dejándonos espacio
para lo que Dios nos tiene.
Dios siempre quiere nuestro bienestar,
el malestar lo buscamos nosotros
para luego tener de que hablar.
Dejemos lo insensato
y comencemos por ver lo humano
que habita en nuestro hermano,
en lugar de buscar hacer daño,
porque nos sentimos bien, solo a ratos
y no comprendemos
a quienes tienen un buen trato
a pesar de nuestros arrebatos.
Yo amo a todos…
sí, a todos en este espacio,
en mi vida amo a Dios,
mi existencia y la tuya,
la vida misma, la naturaleza,
la humanidad toda,
amo el Planeta
y amo mucho más allá
de tu imaginación y la mía.
Para mí la tristeza
es uno de los muchos instrumentos
que existen en el Planeta
para medir la iluminación
y les diré amigos que mientras
más tengo de una
menos tengo de la otra.
Lo mismos ocurre, según mi criterio, con la ira.
¡Feliz día del amor, la amistad y la alegría!