En mi mundo solo existes tú,
eres la tierra que labro de caricias,
las curvas de tu cuerpo son el horizonte
donde reposan las olas de mi mar,
tus ojos, son la luna y el sol de mi día
y en mi noche, eres el aire que respiro
al amanecer el que llena mis pulmones
de puro amor.
En mi mundo, las estrellas brillan
alrededor de tu pelo, el mar lo encuentro
al navegar con mis manos tu piel,
eres la vegetación que me alimenta
el alma, tus palabras son arboles
de frutos dulcísimos, como lo es un te amo
al despertar.
El escucharte hablar es como el correr de un rio
que no desemboca en el mar, pero si se posa
en mi abrazo cuando siente frio, eres
la locura de mi ciudad, el vaivén feroz
de la somnolienta sociedad, en mi mundo,
eres gobierno y monarquía, eres reina
que corono con mis sienes, cuando están
juntas tu frente y la mía.
En mi mundo, eres la libertad que no deseo,
porque quiero ser el esclavo de tu cariño,
eres toda ciencia, filosofía, poesía,
escritura y la inconciencia. Si no existieras,
yo solo sería una fábula incierta, sin final feliz
y sin moraleja.