Todos los labios son suaves, tibios y tiernos,
y todos se humedecen en el beso,
todos...
Yo lloraba por tu boca hace algún tiempo,
tú mojabas otra boca con tus besos...
yo esperaba tu regreso...
Pero, ayer por la tarde, un viajero
que logró hacerme reír por un momento,
de manera inesperada
me comprobó esto:
Que tu boca y su boca se parecen,
que sus labios son muy tibios y muy tiernos,
que no sólo tú puedes encender mi fuego,
y que, también, al besarlos nuevamente,
mis labios se humedecen...
¡Me lo habían dicho tantas veces!,
que el amor es como las olas del mar,
que atrás de una que pasa... otra viene...
Y, ayer... lo pude comprobar.