Es amargo el sabor a un beso en la memoria,
beso que retorna en lagrima mil veces en la noche.
Es cruel pensar que al cuidar tus alas descuide tu vuelo,
descuide mis alas, mi vuelo, triste viajero que ahora anda perdido.
Y es arena en mis manos, solo arena son tus manos, ahora,
ayer reales y hoy tan nada, ni recuerdo, son desespero en mí.
Quisiera correr tan lejos, escaparme, correr y dejarme en el camino,
olvidarme y liberarme, del peso del alma, que me tiene de rodillas.
¿Dónde iré a buscarte ahora? No hay sitio donde no estés,
y la vez desapareciste de todos, has huido.
¿Dónde iré a buscarme ahora?
¿Dónde acabaremos?
Lemos Maximiliano Daniel
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