Desperté.
Tus pupilas clavadas en mis ojos dormidos.
Tú, sueño efímero, que cada vez que te miro
te desvaneces en el vacío.
¿Dónde estás, dulce mañana,
sueño de grandeza y gran delirio?
¿Quién alimentó la llama
del sueño que despierta en el olvido?
¿Acaso fue ilusión el que me amaras?
Fugitiva dicha que te escondes y disfrazas.
Sueño de sentir y ser… y no ser nada.
Cuando es más fácil cerrar los ojos, y apartar la mirada.
Cuando crees que sin buscarla
habrá esperanza.
La sombra de la incertidumbre
se cierne sobre el silencio;
huérfana de voz la palabra,
temblando al recuerdo de dudas y miedo.