Silencio Sonoro

Caerme en ti

Mirando el espejo veo la tristeza de mis ojos que en mis brazos no te contemplan, pero miro bien al fondo y veo grabada tu bella y resplandeciente sonrisa, al fondo de mis pupilas, bien al fondo del espejo, donde la luz se pierde y queda transparente el alma, adorándote, encontrándote más bella que nunca cada segundo, amando hasta el sonido de tus pasos, cada poro de tu piel, cada metro de tu corazón de fuego y azúcar. Quiero caerme en mis ojos y abrazarte ahí, sentir que me quema el deseo de acariciar tu pelo, y resistir, resistir..., probar cuántos segundos aguanto sin acercarme suavemente a tus labios y besarte como quien lo hace por primera y última vez y para siempre. Miré al espejo por última vez, miré y nuestro beso se quedó marcado. Siempre te tendré, amor, siempre te seré, siempre, siempre...y siempre es poco.

 

Con un latido tuyo un terremoto cambió mi mundo entero. Con un suspiro tuyo un huracán me dejó indefenso. Por una lágrima tuya se inundó mi universo y murió toda esperanza. Pero tus manos me acogieron, me dieron calor y me abrigaron. Tu cuerpo fue mi casa, tus ojos me dieron luz, y de tu boca tomé alimento y sacié mi sed. Tu espíritu me ayudó a levantarme, me enseñó a caminar y me dio un camino largo y de bellos paisajes, entre valles, entre fertilidad y paz, y de tu mano lo descubriré.

En tu vientre suave y sagrado dibujaré un camino que lleve al sol del amanecer más hermoso. En tu ombligo que es oasis revocaré mi condena, y bañaré mi ser para quedar purificado y nuevo. Atravesaré ese valle cálido y colorido, me detendré y te pintaré besos frondosos, sembrando frutales de dulces manjares. Entusiasmado y ansioso, decidido por escalar hasta la cima de tus senos, construiré mi casa y dos torres, y,  ahí, en la altura infinita, escribiré un poema que describa el atardecer en tu boca, la noche estrellada y oscura, apetitosa en tu lengua, donde puedo saltar y llegar a alcanzar una estrella que decore nuestros recuerdos. Y entonces me haré sonidos, aire y agua. Me convertiré en atmósfera y gravedad. En perfume y en calor. Y me verteré en todo tu ser, completando tu planeta, avivando tus tierras, vistiendo tu alma.

 

Seré tu ejército, batallón de sentimientos, fortín de caricias. Y te protegeré y cuidaré como se cuida un tesoro frágil, como se cuida una rosa blanca y tierna, que provoca el instinto de protección, que llama y ruega, que canta cual sirena a tocarla con cuidado, a arrullarla, a consentirla. Seré tu consejero y seremos ministerio de amor y puertas de libertad, refugio sin fronteras, ley de vida. Crearemos nuestro mundo en armonía y complicidad, donde no hay distancias ni miedos ni suburbios. Donde cada día no haya nada más importante que amanecer a tu lado y ver tu carita feliz, destellante como el sol de alegría y energía. Y ser tu polo opuesto, tu lado positivo, tu sueño viviente, tu vida ideal.

 

En el espejo somos dos y uno a la vez y a tu lado es tan bella la vida que no se refleja en el espejo. En el espejo somos reflejo del alma. Porque las cosas importantes no se ven en este mundo ni se reflejan en el espejo terrenal. Te siento siempre, te llevo en todo mi ser como me llevas colgando en tu cuello y somos universo en medio del universo y silencio en el centro del silencio, para adorarte, para engreírte, para amarte, para sentirte.