Es el tiempo el que se detiene
y se enfrenta triunfante ante mi.
Es el tiempo el que insaciable mora
donde hubo una vez una esperanza,
donde hubo alguna vez una promesa;
promesa de esas en que apuestas tu sombra,
porque una sombra es un alma que te sigue a todas partes,
y así, es que he perdido.
Es el tiempo el que se burla de mi vida,
y descubre todo, menos lo que me apasiona,
y lo resume todo en algún raro poema
de composición extraña y sentimientos fingidos,
y así, es que he perdido.
Es el tiempo el que me calla
el que me obliga a guardar las buenas intenciones
en mi corazón, con la boca cerrada,
y me dice todo y casi nada por las sombras de algún recuerdo.
Es el tiempo el que me enfrenta,
el que me odia, el que no me olvida,
en un mundo donde yo aposté, hasta mi sombra.
y así, es que he perdido.