Reflejo de vida en tus ojos,
allí donde guardas recuerdos
y los sentimientos devotos.
Reflejo de tiza en tus dedos,
allí donde habita el pasado
y lo que perturba tu gesto.
Reflejo de risa en tu rostro,
allí donde nace la ilusión
y tu mirada primorosa.
Reflejo de ninfa en tu ser,
allí donde llega la calma
y vuelves grandiosa a nacer.