Cargada la aurora
de extraños ruidos
ilusiones sofocó,
evaporando el mejor
de mis amores,
danzando fugó
con los vientos.
Acaricio estridencias
en las madrugadas,
extrañando
la dulzura
de su sonrisa,
solo vientos
veloces y lejanos.
Llegan madrugadas,
dulces y acompañadas
de esperanzas,
acaricio recuerdos
atesorados
con lo tiempos
que resisto olvidar.
Abro mi libro
de viejos poemas,
aún te veo caminando
arriba de versos,
grita mi corazón
cierra la fuga…
y rápidamente
cierro mi libro
dejándote,
danzando entre ellos.