Mi contemplación es vulgar, amor.
No puedo ver el paraíso en una rosa,
ni adivinar, en el pliegue de tu vestido,
todo el juego de patrones abiertos,
la marea calma y el oleaje tormentoso.
No puedo sentir el sonido líquido de un contrabajo
derramándose desde la cabeza hasta el suelo,
ni la serpiente violín atravesando veloz y filosa
los pilares rimbombantes de la percución.
Las sensaciones no se me dan bien, para nada.
Nunca pude oír el dulce \"fru fru\" de las estrellas,
ni sentir los olores frescos como carnes de niños.
No puedo deducir ningún tipo de trascendencia,
ni separarme del instante en la eternidad,
ni atravesar desde mi cama las galaxias nacientes.
Pero, cuando te siento dentro de mi boca... ¿cómo explicarlo?
Ah, pero si ya lo hice...