¡Quién llenó de grilletes a mi gente
y dejó en mis dominios el terror!,
¡quién se creyó señor y dirigente
de las vidas que llevan mi color!.
Mis hijos conocieron el dolor,
esposados en barcos sin bandera
cayeron en las manos del señor,
que mutiló su imagen mas guerrera.
Incluso yo me siento prisionera,
mi libertad carece de importancia,
no me dejan vivir a mi manera,
salvaje, libre y llena de abundancia.
En las noches de luna sigo oyendo
al guerrero que en mi sigue viviendo.