alcides rojas

Sentados en escalones de madera

 

 

Los tordos dejan de volar bajo las nubes preñadas

esperan la neomenia

para sacrificarse por sus hermanos

 

Quisiera caminar descalzo

empero estoy en suelo ajeno y no lo podré triscar

 

Yo porto tus ropas

tú ocupas mi lugar

bajo el remedo de un chubasco

y miro al terrible pariente del buitre

hacerse parte de un caobo

 

He visto a la misma mujer

mudar de piel cinco veces

la niña que maneja la rueca del porvenir

escribe una carta sin destinatario

 

La gente es un oleaje de triste ritornelos

algunos van en los carruajes del quebranto

otros simplemente van andando y andando