A veces confío en el mundo
como quien quisiera cambiarlo
tomarlo de sus últimos lazos
y tirarlos hacia el comienzo de la paz
para que llegue sonriendo
tiempo a tiempo
reloj sin discusión.
Pero el mundo
de un fuerte sacudón
me vuelve rápidamente a la realidad
en voz baja aclama
discute y rezonga
su dolor constante
su violencia eterna
que como tantos de nosotros
esa esperanza nunca se pierde
y la poesía nos ayuda
para continuar la excelente utopía
multinacional.