Buen madrugador
siempre me acompañas
y todas las noches
en la cama siempre aguardas.
Mi propia imaginación
es la que me engaña
y sin algún reproche
tengo que aceptarla.
Tengo que ser fuerte
aunar valor
hacer frente
refrenar este dolor.
Encerrado en mi prisión
que es mi mente
mi imaginación
solo quiero perderme.
Sensación que desvanece al verte
pero que espera recelosa tu marcha
para salir y buscar suerte
por donde quiera que vaya.