Eres tú, como un rayo de luz en la negra espesura
el manantial que alucinado en el desierto veo,
la brisa marina que desde la montaña deseo;
luna llena que escondida de mi, la noche alumbra.
Así eres para mí,
esa fruta prohibida
aquel manjar inalcanzable,
la dulce miel del panel vacuo y frío.
Solo en sueños puedo poseerte,
de la mano de Morfeo acariciarte
y en mi orate fantasía de besos llenarte;
para así de tí poder extasiarme.
Pero tú no estás y a mi solo me queda,
estrujar fieramente mi dulce almohada,
compañera fiel, amante incondicional,
soldado que acompaña mi lucha contra la nada.
Cuando dejarás amor mío,
que tú corazón se una al mío;
¿podrán mis súplicas abrir tus ojos cariño?
si así fuere; comprenderás que sin tí...yo no vivo.
Un beso y una flor.
Alfredo Daniel López .