No llores más
Mejor no llores más, mejor no llores,
si Dios ya se marchó, nosotros nunca,
tenemos que empezar, será un buen viaje
y si ya no hay volver, pues no volvemos.
Pero si miras bien, ya hemos crecido,
con tanto imperio muerto y tanta bomba,
con tantas injusticias y asesinos,
con tanta confusión y amor del bueno.
Alguno nos dirá que estamos locos,
qué más pueden decir los que nos mienten,
qué más nos va a quedar que el sacrificio
de ser como hay que ser, menos cobardes,
y en cada rosa honrar la fiel belleza
que deja el creador de estos pantanos,
y en cada sol buscar un nuevo vino
con que saciar la sed de los que vengan.
Así es que a caminar, no esperes metro,
ni micro ni camión ni bicicletas,
no queda ni ciudad, todos son restos
de un mundo que soñó sin despertarse.
Atrás quede el horror, atrás lo impune,
atrás la soledad que nos atrapa,
los años nos dirán qué tanto queda
para hallar de verdad la tierra nueva.
Pero no llores más, sólo hay desiertos,
tu lágrima no cae, se evapora,
mejor sangrar no más, perdido todo,
para que lo que venga traiga cura.
Qué bello fue nacer, bello este mundo
y así me lo parece, aún violado,
aún sin comprender cómo nos roban
los mismos que nos dan escuela y traje,
¿será que se perdieron, cual nosotros,
será que se rindieron, como la ola
que arrastra lo que sea hasta la playa
y se ahoga sin saber de qué ha servido?
Más bello fue dudar y hacernos fuertes,
más bello maldecir tanta belleza,
que no es a golpe y trapos que se luce,
que no es para burlarse que alguien canta.
La noche nos dirá si lo logramos,
la estrella que nos mire se hará eterna,
o más bien en silencio lo que hallemos
su luz nos ha de dar, si no amanece.
Con todo lo que has hecho, no te rindas,
con todo lo que falta, no te canses,
es siempre caminar el sino humano,
es siempre despertar, día tras día.
Ya deja de culparte o de culparnos,
ya seca esa camisa de tu llanto,
vendrán, siempre vendrán más golondrinas,
más niños, más azul al arco eterno.
No tomes tan en serio la tragedia,
que es esa tu tragedia, no reírte
del sátrapa y ladrón que nos esquilma,
del pobre mercader con su locura,
no quedarán palomas en tu plaza
si no abres esas jaulas de tu risa,
si no dejas crecer, ya liberadas,
las flores que arderán junto a las mías.
Quizá no tengas más que estas dos manos,
quizá no quede más que un plato frío,
pero vamos a alzar todos los brazos,
luchando por la paz que nos fue dada.
El hombre y la mujer, que hoy están tristes,
amigos han de ser de nuestra lucha,
no lloren, diles tú, di que aprendiste
que en nada va a ayudar ir cabizbajos,
que en nada va a cambiar lo que nos quitan
si no hemos de reír al recobrarlo.
Es nuestro cual lo fue desde un comienzo
y aquí regresará, sencillamente,
será cuando hagas tuyo el horizonte,
será cuando no ocupes más pañuelos.
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17 02 15