juan f bravo lira

AL FINAL DEL MUNDO

En el fiordo mas austral

de mi patria,

escondida del mundo

y en la soledad

más profunda,

bañando sus cenizas

la encuentro.

 

Me dice:

Que la quilla de los barcos

romperá la costra

que éstas dejen…

sobre las aguas

prístinas y frías

del Cabo de Hornos.

 

Me pregunto:

¿Si sus cenizas

dejan costras,

que dejarán las mías?.

 

No existe frío

en estos desamparos,

raros calores

confunden nuestros cuerpos,

exultados y felices

jubilosos y abrazados

observando el confín.

 

Quedaron atrás

los tiempos de espera,

los ruidos ensordecedores

de tráficos y motores,

edificios, calles, barrios,

multitudes gigantes

que atrapan y obligan,

a  sentirse sola.

 

Llega la noche,

hablamos con los luceros…

la luna será nuestro fraile

testigo el firmamento.

 

¡Bendecidos por los dioses

viviremos nuestro amor!