La poesía comienza con un monólogo.
Hay en principio un prologo
para un dialogo consigo mismo
y finaliza con un epílogo
después de un catalogo
de nuestro sentir más íntimo.
Y no hay un homólogo
porque todos somos distintos.
Y escriben sociólogos
profesores historiadores
y expertos en alpinismo
el listado es larguísimo
de sur a norte.
Y todos tienen sus voces sus dioses sus goces
cuando el poema está escrito.
La poesía es el hito el grito y el mito
que hay detrás del individuo.
Y no es poesía el delito
y el delito no es poesía.
Y no es para bandidos piratas ni malhechores
pues no tendría sentido
la palabra escrita
que a veces rima o no rima
si no se regalan flores amores y colores
que promueven la alegría
en un página vacía
pero con nobles pretensiones.
Y si no es para la paz
Y si no es una caricia
no vale
ni como noticia.
Por eso le pido a Dios que me escuche
me comprenda
me perdone
y luego si tiene piedad me admita
en su glorioso reino.
Por todas mis salidas
de madre
con mi novia bendita.
Y toda su paciencia
con esta parte oscura
de este corazón que palpita.
Que a veces es puro amor
y otras veces te fulmina.