Eres la experiencia que deseaba
La mujer que en sueños codiciaba
Me das el fuego que yo añoraba,
Me hiciste hombre, como gozabas.
Yo era el elixir que tú pedías
Para sentirte de nuevo plena,
Con mis caricias feliz gemías
Mi potencia corría entre tus venas.
Eres la dama que con actitud
Me enseñó a amar en plenitud
Yo soy el ser que con prontitud
Te ha contagiado de mi juventud.
Fuimos almas en gran necesidad
Dos seres en total inequidad
Fundidos en total felicidad
Gozando del deseo sin vil maldad.
He aprendido de tu madurez
Ha ser amante con experiencia,
Te has nutrido de mi candidez
En ti ha nacido dulce inocencia.
Somos amor dos vidas cruzadas
Que chocaron por la casualidad,
Somos la llama que no se apaga,
Somos amantes en la eternidad.