Me quedé con ganas
de decirte muchas cosas,
que tú me haces sentir,
y que tú me provocas.
Me quedé con ganas
de bailar pegados,
vestida de tu piel
y de amor disfrazados.
Me quedé con ganas
de sentir tus manos,
acariciando mi pecho
abrazando mis sueños.
Me quedé con ganas
de sentirte junto a mí,
extasiado de placer,
cansado de morir.
Me quedé con ganas
De entregarme yo a ti,
hasta hacerte enloquecer,
hasta hacerme feliz.
Me quedé con ganas
de saborear en mi boca,
el licor de tu cuerpo,
derramado en estos versos.
Me quedé con ganas
de sentir el quejido,
de nuestro clímax unidos,
de nuestros cuerpos rendidos.
Me quedé con ganas
de sentirte en mí,
temblando de placer
por acabar así.
Me quedé con ganas
de vivir en elixir,
me quedé con ganas,
con ganas de ti.