Amanecí amándote más que nunca
con el auxilio en mi boca y tu lado de la cama
aun caliente, ensiluetado tu cuerpo
en franco anti relieve para seguir acariciandolo y acariciandolo
con el mismo auxilio en mi boca.
No quiero levantar mi cuerpo desnudo, tuyo
que fue tuyo y que es tuyo y que lo seguirá siendo
a tu antojo, amándome y amándote.
Miro el espacio, el nuestro, el de a poco
el que se muestra por contadas horas
con sábanas impropias y sin identificación los rincones
y apareces tu y tu cuerpo bañado y sin secar
con gotas largas recorriendo tu singular belleza, mía
con tu boca roja y tus pezones en punta
listos para rescatar mi auxilio en tu piel.