Lo recuerdo bien,
fui niña de alas blancas,
de aureola lustrada,
de manos pulcras,
fui ángel,
fui personaje de una lectura mágica.
¡Como olvidar la tierra y mi fantasía
matando las horas
como minutos de alegría!
¡Como olvidar
que fui la general de ejercito
en una guerra contra las hormigas!
Ellas caían entre mi fuego,
mis palos
mi gigante forma.
Pero basta,
se ha ido el tiempo de sembrar;
ya soy futuro,
soy espera,
sin embargo la imaginación
no ha muerto.
¡No se acaba la vida
en la frontera de mi niñez!
No solo de pan y realidades
se alimenta el alma
es por ello que aún queda ardiendo
lo que quise ser cuando niña;
mujer de alas blancas.
KoKa