Entre tus verdes
amaneceres,
y anaranjados ocasos,
la vida se me antoja
bella
abrumada por su encanto...
La pureza de tu cielo,
la fuerza de tus trazos,
el carmesí de tus flores,
la ternura de sus cantos...
El corazón se me aligera
cuando te contemplo,
sueño mágico...
todo susurra vida
todo sonríe a mi paso...
Y yo voy caminando
por la fantasía
de tus flores,
de tus campos;
imaginando mundos
mejores
más dulces,
más blancos;
con la frente inundada
de sueños
con la frente erguida
y los pies
alados...