Entre la oscuridad del mal
Llamaradas etericas – se disipaban en cuerpos sanos,
Como luciérnagas en la noche alumbraban,
Acercándose como un meteorito de colores
Que caminaba sobre el aura de la tierra.
¡Que dolor!
Un prójimo disfrazado de fuego.- fue encendido
Tras el arrebato incesante de un genosidad.
Cometas de acero surcan los cielos de Irak,
Como fiestas galácticas en la constelación de Sirio.
¿Será el monstruo de la eternidad
El culpable de vagas travesías?
¡Oh Alá,- oh Brahma,- oh Tao,- oh Sen!
Llora angustia un pueblo,
Reducido a polvareda cósmica.
¡Oh Cristo del firmamento infinito!
Donde tu nombre no calma su sed;
Vierte tú; la piedad sublime-
Vuelve en físico a encarnar tu ser.
El sistema del averno infernal
Tel-Avik, mascara sombría de Moloch.
El engendro que preside en las montañas de las oscuras calaveras,
Es un Bush, no es el Amor.
La nueva era de Acuario
destella con su incalculable belleza.
Se destruye el sistema – heredad de Luzbel.
La santidad perfecta del vaticano disminuye,
Se ha descubierto la maldad en hábitos negros.
Son los magos negros de Sodoma,
Cuya inspiración se escancia
En túnicas negras y capacetes púrpuras.
¿Dónde ha de morir la humanidad
Que salvaje compite en la miseria?
La era de luz ha llegado y arrasara todo a su paso.
Siendo el Amor que es Dios
Los Arimanes morirán de espanto.
Hombres de corbatas grisáceas y cuellos blancos
Que en la cumbre de los mundos han de estar;
Pidan piedad por sus karmas
Sus horas están por llegar.
Arriba humanidad ardiente
Que nace de las cenizas del amor;
Seamos los guerreros fulminantes
Que eliminen de la tierra el dolor…