Navegué en tu mirada
oscuros nubarrones
alzaron olas gigantes
ríos, mares, océanos de lagrimas.
Ñoños e infantes recuerdos
en busca de mimos
sembraron la esperanza
Nada fue igual
De tu negra pestaña
escapa un guiño
al unísono
que tu vientre de madre
arroja un grito ancestral
y tus ojos cerrado
iluminan el camino
derramando música
Finalmente
El viento susurra al oído
la fuerza para que tus manos
puedan encontrar su nido.
Pablo Mistral