Te miro...
y no comprendo con qué magia real
te han dotado los cantos de la aurora,
las hadas del crepúsculo,
los querubines de la noche.
Porque tu eres tiempo de alborozada luz
y sombras de opulentas sonrisas.
Y eres como ninguna...
Eres un misterio oculto
y una verdad traslúcida.
Semejas en el rostro del tiempo
una majestuosa aparición
de la preferida diosa del Olimpo,
obligada a pisar barro
al posar tu mirada en este mortal
que hoy te canta...y ofrecerme tu amor.
Más para mí eres la diosa de los lirios de mi corazón,
y oficiarás en el sagrado altar de mi alma
cuanto tus deseos de diosa los contemplen.
Eres misterio de un glorioso pasado
y verdad de tu doliente presente.
Pero yo uniré en tí,
presente y pasado,
y moldearé del barro y escarcha
una figura brillante como de arcángel
a la luz de tu felicidad con la mía.
LEO HENRY
(Leonardo Henrricy)