¡Que buena idea tuviste,
ésta de al campo venir,
pero me empiezo a rendir
mi cuerpo no lo resiste!.
¡Deja de quejarte, Jara!
ya recorrimos buen trecho.
El camino está maltrecho,
pero el revés no nos para.
¡Yo no me quejo de vicio!
No subiré la ladera,
ya voy con la lengua fuera.
¡Esto va a ser un suplicio!.
¡Descansemos un momento!
¡no puedo verte sufrir!
Más tarde hemos de seguir
a paso firme, y muy lento.
¡Tampoco es que sufra tanto!
¡Es que, quejarme me gusta!
pero veo que te asusta
y pones cara de espanto.
¡A mí no me asusta nada!
ni tu queja, ni tu vicio.
Como pena y ejercicio,
cruza sola la alambrada.
¿¡Porqué te pones así,
roja como una amapola!?
Yo no pienso cruzar sola,
a saber que hay por ahí.
¡Para colmo eres miedosa!
¡claro que vas a cruzar!
Deja de lloriquear,
verás que no es peligrosa.
¡Es que, los nervios me crispas!
¡Me voy que no quiero verte!
Con un poquito de suerte
te picarán las avispas.
¡Anda vete por cobarde!
Y no des excusas tontas,
quien a su miedo no afronta
¡mejor que Dios lo resguarde.
Sabes que no soy cobarde.
También sabes que te quiero,
y lo que digo es sincero.
Volvamos que se hace tarde.
¡No volveremos hermana!
tu cariño es que me anima,
para subir a la cima.
¡Ven! ¡no seas haragana!.
¡Lo que te gustan las cimas!
con lo lejos que está eso,
lo haré, si me das un beso.
¡Dámelo, no te reprimas!.
¡Miles de besos te doy!
hermanita consentida.
¡Ya no estés más afligida!
es suficiente por hoy.
azulmari (Nicaragua)
jarablanca (España)
20/02/2015