No comprendo todavía, pero acepto que no todo,
¡es cómo lo quisiera!.
Recuerda que te amo, y amaré siempre, hija mía.
Tu abuela me dío la última enseñanza,
antes de irse y ahora es mía.
¡Pidamos perdón, y perdonemos!
¡Verdad que no es fácil!
Eso pensé y comprendí cuando ella lo hizo.
El pensamiento más triste,
llego a mí corazón en ese instante.
Ahora ya no está presente, ella descansa en paz.
Aprendió la lección,
mí abuela me la había dicho, y yo no la comprendí.
Espero que tú la aprendas, a tiempo.
¡Para que seas feliz!